lunes, 22 de julio de 2013

Abogados en Dictadura





La resistencia del pueblo chileno a la dictadura tuvo desde actos de heroísmo sublime como la defensa de La Moneda encabezado por el propio presidente Allende o el atentado de Cuesta Barriga al dictador hasta pequeños pero significativos actos de resistencia que expresaron la dignidad que toda persona lleva dentro  de uno de estos últimos es el relato  que viene.

II

Es una mañana calurosa de Diciembre de 2012 dos abogados salen de la Corte de Apelaciones de Santiago doblan por Banderahacia el sur cuando desde un cafè  les llama un joven pidiéndoles que entren.

En una mesa del café los espera otro abogado.

Parecen ser  tres letrados más en este café en que casi todos lo son, pero no lo son, son letrados si, pero tienen cosas que contar más allá de una letra de cambio o u contrato de arriendo incumplido. 

Un gobierno intentó construir democraticamente en Chile una nueva sociedad y un nuevo ser humano esto fue ahogado en una larga orgía de sangre y crímenes que durò 17 años. En esos días terribles estuvieron en la dura batalla legal por defender los DDHH que se pisoteaban día a día, han sobrevivido, son sobrevivientes, aunque ellos mismos tengan poca conciencia de ello.

El que espera y cuyo hijo los ha llamado esta en una silla de ruedas con el mismo optimismo y serenidad de siempre. Si todos los que defendió durante la dictadura militar vinieran a la mesa habría que pedir permiso a la Intendencia para desviar el tránsito. Un infarto cerebral ha golpeado duramente su cuerpo aunque no su pensamiento que se conserva con lucidez asombrosa.

Uno de los que llega tiene la vida de prestado. Cuando la venganza salió a asesinar un opositor por cada uno de los esbirros-escoltas de Pinochet caído (abatidos no asesinados) en Cuesta Barriga un escuadrón de la muerte fue a buscarlo a su casa a medianoche con toque de queda y si no lograron llevarlo y matarlo como hicieron con otros cuatro chilenos esa misma madrugada  fue por una suma de casualidades. La ùnica explicación que algo explica lo inexplicable es que simplemente no era su dìa. Los dioses hacen la lista no los hombres.

Son un  democratacristiano que dijo no a la dictadura desde el primer minuto, un socialista que devolviò el carnet para poder seguir siendo allendista y un comunista al que no le preguntaran si conserva el carnet, pero que  comunista lo serà siempre, no hay para que preguntárselo.

Después de los abrazos vienen los recuerdos. Juanito,  desde su silla  recuerda como le llegó el golpe militar, sin aspaviento y con una risa en los labios que no es alegría sino desprecio a los métodos del fascismo cuenta como  un tanque  “entró” en su casa demoliéndola como lo estaban haciendo en el país con la democracia.

Es Juan Pavìn, que si Chile fuera Argentina le habrían puesto en un cargo en el gobierno y le entrevistarían para documentales de la televisión pública. Pero el sentido de la historia y el agradecimiento como cuando se nos va la mano con la sal cayò todo del otro lado de la cordillera. Aquí no le hemos dado ni siquiera un misero diploma impreso en un cibercafè. Las dos grandes tradiciones de nuestra patria son inexpugnables  nadie  lee ni agradece  nada.

La ficha de los recuerdos cae sobre ahora en su casillero estos vienen  como si fueran de ayer. Juan Pavìn y Luis Toro le apuran, cuenta como fue?.

III

En 1981 alguien escribió en una muralla de Cerrillos “Lo hemos perdido todo perdamos el miedo a combatir la dictadura” ese deseo/llamado era en 1984 una  realidad, un silogismo total en la premisa y en la conclusión.

La dictadura se tambaleaba, habìa sacado 30 mil soldados a la calle y asesinado a casi 100 personas en Santiago con la otra mano habìa operado como un titiritero con ese viejo tramposo de la politica que fue Sergio Onofre Jarpa, tener que recurrir a los “señores polìticos” fue una leche magnesia, pero la necesidad tiene cara de hereje. Ora te disparaban ora te invitaban a conversar.

Pero el pueblo, ese ser tantas veces invocado y que a veces se hace tan incomodo estaba desbocado, las protestas tomaban caracteres insurrecciónales. Eran masas de estudiantes, pobladores, jóvenes, profesionales.

La represión se hacía masiva y selectiva, refinada y brutal, inteligente y torpe pero lo que no dejaba de hacer era de crecer. Sangre y màs sangre, golpes y màs golpes.

IV

Medianoche.

Por razones de “seguridad” ningún civil puede salir a la calle.

Llegó la muerte en busca de sus presas en la zona sur de Santiago, dos muchachos del MIR sobrinos del dueño de casa que vivía sólo  con su nieta de 18 años.

Casa humilde, barrio popular. Patadas y culatazos a la puerta, insultos. Orden judicial ?, que es eso ?. Fusiles SIG , Galil y metras Kart Gustav esos son los argumentos.

Luego el tropel dentro de la casa, el anciano y la muchachada brazos en alto de cara a la muralla. Los defensores de la civilización cristiano occidental y de la familia chilena, todos con pasamontañas, rompen los colchones con cuchillos, revientan el entretecho, armas, libros, documentos o personas, lo que se pueda encontrar, sirve. Todo lo que se pueda destruir se destruye.

El viejo no ha visto a sus sobrinos, se alegra al saber que no pierden el tiempo, no los ha visto repite suplicante, mientras recibe golpes, pero si supiera algo tampoco se los dirìa, esto obviamente lo piensa y no lo dice, los criminales pueden hacer fungibles a los seres humanos.

La bestia no encuentra nada, hasta que uno repara en el hermoso cuerpo de la muchacha, es verano se duerme con poca ropa, camina, le ordena, los otros celebran la ocurrencia.

La muchacha tiembla, siente el ultraje, hasta donde llegara todo?, que puede hacer?, camina como le ordenan , siente las miradas lascivas de los agresores.

Uno perfecciona la idea, no sólo existe la vista también el tacto. Otro le imita.  Todos le imitan. Se atropellan entre ellos.

El asco se confunde con el miedo. Estaré soñando, será todo una pesadilla. Y si es verdad?, me violaran?, porque?. Pobre mi abuelo està mirando todo. Caen las primeras lagrimas, tiene tanto miedo que no puede gritar, le cuesta caminar, esas malditas idas y vueltas.

El oficial a cargo  de las fuerzas de orden y seguridad ordena nuevos paseos.

La muchacha ruega su dios misericordioso que la ayude ya nadie sino él puede hacerlo.

Sorpresivamente el oficial a cargo interrumpe el ultraje, pero no es cuestión de respeto, de orden o patria, de ser del dèbil el protector. Hay que seguir la cacería.

No tienen sentimiento de culpa, la ingenuidad del mal de Borges, han venido a matar y no lo han hecho. Suben a las tres camionetas LUV, que les esperan  los vecinos miran a hurtadillas, entre las cortinas. Los portazos parecen quebrar la noche con un ruido que suena a prepotencia pura.

La muchacha y su abuelo se abrazan en medio de la casa destrozada. Sienten miedo de prender la luz, puede ser una incitación a que vuelvan. A quien acudir?,  si son ellos mismos.

Hay un detalle, dos de la pandilla llevan calcetines con el inconfundible verde de carabineros.

En medio de la masacre y con cientos de violaciones a los DDHH por dìa este no es un caso relevante. Hay dinamitados, quemados vivos, degollados, lanzados al mar desde aviones etc…

La Vicaria de la Solidaridad designa a un joven abogado, para que lleve el caso, tiene 24 años todos sus amigos de Pudahuel estàn ya en distintas barricadas de la resistencia y el “acarreando papeles”, la envidia puede tener causas nobles, la vida es compleja.

Muchas veces piensa y comenta que los tribunales son tan autores de los crímenes como la propia dictadura para que recurrir a ellos?, No es una pregunta fácil de responder exitosamente.  Roberto Garretòn, un abogado de talentos extraordinarios, y que el ve un como un caballero de mucha edad, aunque a lo sumo ha salido recién de la juventud, le dice algo que quiere creer y que no olvidará jamás “el derecho siempre se impone”.

Cuando 15 años después siendo funcionario de la embajada de Chile en Cuba se entere de la detenciòn de Pinochet en Londres gritarà y repetira hasta el cansancio ¡Garretòn tenìa razòn¡ dando saltos en sus jardines como un goleador de fútbol a estadio lleno, Nadie entenderá este comportamiento extraño.

Se presenta recurso de protección en la Corte de Apelaciones de San Miguel. Concurre a estrados y alega, dice lo obvio todo lo ocurrido configura varios delitos, se puede presumir que sean carabineros, los calcetines verdes, las armas, el toque de queda.

Carabineros ha negado toda participación, pero curiosamente ha ido a “entrevistar” al denunciante quien ha ratificado todo con la salvedad de que unos platos que tiraron contra la muralla no se quebraron, como decìa el recurso. A partir de esto Carabineros ha establecido un silogismo que pondría a Aristóteles a bailar mambo; si los platos no se quebraron, nada es verdad, todo es mentira, todo lo inventaron los abogados de la Vicarìa esos agentes de la Iglesia Católica infiltrada por el marxismo  internacional y sus “tontos útiles” los países occidentales que no quieren reconocer nuestra realidad, estados que no saben nada de democracia como Francia e Inglaterra,.   

El joven abogado espera lo esperable; el portazo en la cara. Pero oh sorpresa, se rechazó el recurso pero se ordenó investigar a los tribunales del crimen los delitos cometidos, a màs, uno de los tres ministros estuvo por acoger el recurso y los que lo rechazaron lo hicieron – lógica judicial en dictadura – por que peligro ya había pasado.

V

Se apela a la Corte Suprema.

Tercer piso de la Corte preside Josè Marìa Eyzaguirre, años después su fijo defenderá a Pionochet en varios juicios, este juez que nos recordaba, de sólo mirarlo, que evidentemente provenimos de los simios, en declaración pública luego de muerto el presidente Allende y en nombre del Poder Judicial ha dicho que sienten “intima complacencia” con lo ocurrido. Un presidente de la Corte Suprema complacido con la muerte del presidente de la repùblica a manos de las fuerzas armadas de las cuales es generalìsimo por mandato judicial, palacio presidencial incendiado, eso fué Chile en algún momento.

Enorme estrado de madera prolija y exquisitamente tallada. Murallas altísimas y blancas como la espuma todo es orden y magnificencia en esta sede de la justicia, sólo falta  ella, todos es pulcro menos sus moradores.

Cinco jueces, no será mucho halago llamarlos así?. Pero bien están ahí, donde deberían sentarse los jueces. El código ordena perentoriamente hay que darles el trato de “excelencias”.

El joven abogado Inicia su alegato señalando que comparece por el recurso de apelación.

El presidente de la sala y de la Corte Suprema , don Josè, le interrumpe a gritos.

- Y a que viene aquí ?.

El abogado responde.

- Alegó por el recurso.

Nueva interrogante no menos agresiva que la anterior

.. Y que viene a decir?

El juez de traje oscuro e impecable camisa blanca mira a su lado y señala en voz muy alta , casi a gritos.

- Estas son las cosas que inventan los abogados.

El abogado replica.

- Su excelencia, si usted me permite exponer los argumentos.

Nueva interrupción.

- Pero que va a decir? si esto no ocurrió lo inventaron ustedes.

Siempre ha dicho que esto no ayuda mucho sólo a dar la apariencia que en Chile hay tribunales, siente la ira que sólo una injusticia tan manifiesta puede provocar. Ya los chilenos no tenemos derecho ni a una parodia de juicio, hasta eso se nos niega. En todo caso, no se irà de aquí como un manso cordero. Como responder si caer en la grosería?, necesita unos segundos de calma. Ojea el expediente.

- Y ahora que esta buscando en el expediente?. Ni siquiera ha estudiado el expediente, puf.

De donde saliò la respuesta no lo sabe, pero apenas la tuvo la lanzó como una piedra que miles lanzan en las calles los vehículos blindados..

- Busco el patrocinio y poder su excelencia.

El patrocinio es un escrito por el cual una persona designa a un abogado para que asuma su defensa.

Regocijándose  su “excelencia” le espeta

-ah, tampoco tiene patrocinio.

Ha caído redondo en la celada de la inteligencia.

- No busco mi patrocinio sino el suyo excelencia.

El poder y la prepotencia van en busca de la lona.

- Y para que quiero yo patrocinio y poder si soy el presidente de la sala.
La respuesta va directa al mentón.

- Es que usted defiende con tanto entusiasmo la tesis de carabineros pensé que le habían dado patrocinio y poder.

La cara de su excelencia se transforma. Grita fuera de si.

- ! Desacato. Guardia de Palacio ¡

Es la hora de la retirada, pronta y vigorosa. Los tres pisos de la Corte se consumen con rapidez.

Va a la  Plaza de Armas se sienta frente a la Vicarìa esta asustado pero no arrepentido. La ciudad bulle como si todo fuera normal. Ve venir lo peor, se para y camina, que pase lo que tenga que pasar.

Pero no pasara nada, Los otros cuatro jueces no menos prevaricadores y reaccionarios que su presidente, han soltado la carcajada y uno de ellos le dice a su excelencia.

- Te cago el cabro,  lo gueviaste demasiado.

Su excelencia esta solo. 
Hay momentos en que no se debe acusar el golpe. 
Retomando la calma señala.

- Veamos la próxima causa.

Roberto Avila

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