domingo, 24 de septiembre de 2006
elclarin.cl
Cuando junto a Martí decimos Nuestra América no tiene esta expresión una connotación puramente geográfica o racial, estamos hablando de un destino común que desde la hora de la invasión española hasta nuestros días ha hecho de nuestras esperanzas, éxitos y fracasos, de nuestras alegrías y sufrimientos algo compartido. No es retórica, sino realidad muchas veces épica y dramática.
Este año nuestra sociedad chilena se ha visto conmovida por las gigantescas movilizaciones de estudiantes secundarios que en número no inferior al medio millón se han echado a las calles impugnando las categorías neoliberales que inspiran la acción estatal en materia de educación y que fueron dejadas por la dictadura militar. Entre sus muchas y justas reivindicaciones puntuales se encuentra el pasaje escolar reducido ahora a lo mínimo, pero que el gobierno de la Presidenta Bachelet ha reestablecido por estos días.
Reivindicación tan elemental, no ha sido fácil ni es nueva en nuestra América. Argentina en 1975 vio el despliegue de un movimiento secundario que exigía lo mismo que nuestros hijos hoy en Chile; el boleto escolar. Dirigió aquellas exitosas movilizaciones un muchachita de 15 años; Claudia Falcone.
Su padre Jorge Ademar Falcone fue Primer Subsecretario de salud pública (1947-1950), intendente de la ciudad de La Plata (1949-1950) y Senador provincial (1950-1952) durante el gobierno constitucional del Gral. Perón. Detenido por el golpe reaccionario de 1955 es condenado a pena de muerte, pero salvó su vida gracias a un milagroso indulto. Era escultor y médico gremial. Su madre Nelva Alicia Méndez de Falcone era maestra en escuelas de bajos recursos y participó junto a Eva Perón en la campaña por el voto femenino siendo delegada regional. Claudia y su familia vivían en una humilde casa de La Plata.
Claudia realizó sus estudios primarios muy cerca de su casa, en el colegio Normal número 1 Francisco Aberra de la calle 8 entre 57 y 58. En 1973 ingresó al bachillerato del Bellas Artes (colegio dependiente de la Universidad Nacional de La Plata –UNLP), que quedaba a una cuadra y media de su casa; en ese colegio fue elegida delegada de su curso. Militaba en la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) con su convicción de joven peronista y desde allí agregaba su pequeño ‘’granito de arena’’ haciendo asistencia social en villas y barrios pobres. Dedicándole tiempo a los marginados y excluidos de siempre, los pobres. En 1975 luchó por la obtención del Boleto Estudiantil Secundario
No tenia ella en sí misma un interés personal en la reivindicación, sino que entendía aquella de Walt Withman, de que lo que le hacen a cualquier ser humano me lo hacen a mí, para que veamos que no hay un sólo tipo de norteamericanos.
La movilización culminó exitosamente pero los guardianes de la injusticia no olvidan ni perdonan.
El 24 de Marzo de 1976 se instaló en la hermana República Argentina la dictadura militar de Rafael Videla y Cía la cual no dejó estropicio ni crimen por cometer, entre ellos llegó a planificar una guerra con el Chile de Pinochet, pelea entre rufianes pero que habría arrastrado a nuestros pueblos.
Hasta el 16 de Septiembre del 76 esperaron los desalmados para caer en una sola noche sobre los principales dirigentes estudiantiles del año anterior. en la ciudad de La Plata se secuestró a: María Claudia Falcone, Horacio Ángel Ungaro, María Clara Ciocchini, Daniel Alberto Racero, Claudio de Acha y Francisco López Muntaner; que tenían entre 15 y 18 años y militaban en la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Son hasta el día de hoy detenidos-desaparecidos.
Hoy, estos muchachitos que lucharon por el Boleto Estudiantil Secundario (el mismo boleto que hoy tienen todos los estudiantes bonaerenses) han sido declarados por la Municipalidad de La Plata:
Ciudadanos ilustres post-mortem.
Esta barbarie fue recogida en la hermosa película “La noche de los lápices”. Desde este lado de la Cordillera y de esta modesta pluma salen estas en honor de Claudia Falcone y sus compañeros a 30 años de este crimen contra la humanidad.
ROBERTO AVILA TOLEDO
Abogado.
Concejal de Cerro Navia
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