LA AMBIGÜEDAD DE BACHELET ARRASTRA A UNA CONFRONTACION
En un discurso marcado por la ambigüedad la presidenta
Bachelet ha dado cuenta del estado del país este 21 de Mayo . Todos son
eufemismos y palabras ambivalentes que
permitan avanzar en la medida de lo posible, engañar a la ciudadanía y no poner
en cuestión lo esencial del modelo neoliberal.
La presidenta dice que no renuncia a sus modestísimas reformas,
pero este empeño lo hace con Jorge Burgos como jefe político de su gabinete.
Cuesta creerle.
Se dice que tenemos una crisis de confianza. Es un eufemismo
que busca exculpar a la casta política. Si alguien deja de confiar, eso puede
responder a una subjetividad propia que distorsiona la realidad, como aquél
marido celoso que en todo ve pruebas del engaño.
Pero aquí no se trata de eso, se trata que a la casta política
en su conjunto le sorprendieron siendo cohechada institucionalmente por el gran
empresariado incluido aquél que nació al amparo de las delictuales
privatizaciones del pinochetismo. De lo que se trata entonces presidenta es de
una crisis de corrupción de la casta política que alcanza hasta su propio entorno.
No se busca sacar de raíz la corrupción sino acuerdos, pactos
diálogos. Ya firmaron uno público entre todos los partidos de la casta desde la
UDI a comunistas. Sus efectos son claros; no hay un sólo corrupto preso, a
pesar que las defraudaciones al Fisco son millonarias. En días recientes el
Servicio de Impuestos Internos le condonó un 55% de multas e intereses a Jovino
Novoa, esto lo llamaban los viejos policías “alivianar en el parte”, se pagaba
por ese servicio.
La necesidad de una nueva Constitución que garantice
realmente la democracia y los derechos sociales se reconoce. Sin embargo se
recurre a la ambigüedad de “una gran pacto político”, es decir escamotear la
voluntad popular al dejar de lado la Asamblea constituyente. El que quiere el
fin quiere los medios. Si la sra Bachelet no quiere asamblea Constituyente es
que no quiere una nueva constitución. No se necesita ver debajo del agua para
darse cuenta que lo que quiere es un maquillaje para la constitución pinochetista.
Pero esa pretensión parte del supuesto equivocado; que los ciudadanos
somos tontos y eso no es así sra presidenta.
Una nueva constitución con un gran acuerdo político se nos
propone y permítame preguntarle
presidenta, quienes lo suscribirían?. El presidente de la democracia cristiana?,
que dura la cara del caballero, por los independientes?, el Sr Velasco y sus
cenas de 20 millones, los intelectuales de Chile XXI Carlos Ominami y Francisco
Vidal?, claro con los ojos cerrados, por la UDI la Sra Von Baer, Moreira o Jovino
Novoa?.
La casta política esta corrupta de arriba a abajo, de
conjunto defraudaban en los municipios de Maipù y Cerro Navia, de la Nueva Mayoría
y de la alianza el gusto al dinero ajeno los unía transversalmente. Ningún
partido ha adoptado medida disciplinaria alguna. Es cosa de ver las directivas
partidarias para darse cuenta que ninguna de ellas puede tomar medidas
disciplinarias contra la corrupción.
Lo digo con preocupación no entender el sentido de los
tiempos y creer que se puede engañar a un pueblo entero siempre ha arrastrado a
los países a grandes y dolorosas confrontaciones.
Los tiempos en que mover la manito y poner sonrisa con
delantal blanco “en Chile rinde mucho” han terminado.
ROBERTO
AVILA TOLEDO
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