ALLENDE FUE ASESINADO AL IGUAL QUE LAS VÍCTIMAS DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS CONTRA LAS TORRES GEMELAS
Por Patricio Mery Bell
“Un suicidio es un acto libre y autónomo. La acción de terceros lo transforma en homicidio. La Suprema Corte de Estados Unidos determinó homicidio respecto de los que se arrojaron al vacío en Las Torres Gemelas y no suicidio como alegaban las compañías de seguro. Morir no era su voluntad. Habían sido empujadas a ello por los terroristas, para evitar algo aún peor”
“Resulta sorprendente que luego de 20 años de democracia la justicia, o parte de ella, siga sosteniendo que bombardear e incendiar el palacio presidencial y arrastrar a la muerte al Presidente de la República no es delito”
El ministro Mario Carroza que investiga la muerte del presidente Salvador Allende cerró la investigación señalando que esta se había producido “sin la intervención de terceros”.
Panoramas News entrevistó al abogado querellante que apeló la resolución ante la Corte de Apelaciones de Santiago.
¿Abogado, con qué fundamentos apelaron de la resolución de cierre del sumario?
Esta es improcedente en tanto hay importantes diligencias pendientes, algunas de ellas decretadas por la superior jerárquica del ministro que es la Corte de Apelaciones y lo más grave que se da por establecido que en la muerte del presidente “no hubo acción de terceros”.
No es posible compartir esta versión que supone un Allende saliendo de su casa en un día normal, llegando a su despacho en la mayor tranquilidad y disparándose a si mismo, presa de una súbita depresión.
Hay tres generales de Ejército que confiesan haber atacado La Moneda con tanques e infantería. El jefe de la escuadrilla de Hawker Hunter reconoce el lanzamiento de 20 misiles antiblindajes Sura que la destruyeron. Está la grabación de Pinochet donde dice “Denle un avión viejo…y el avión se cae…matando la perra se acaba la leva”. Si esto no es “acción de terceros”, qué podría serlo?
¿Pero el Ministro se fundó en la autopsia practicada el año 2011?
Esa autopsia carece de todo valor pues no es sino la repetición de la de 1973. Practicada, ahora, en mínimos restos esqueletizados, pues parte importante se arrojaron a la basura en la exhumación del año 90, que fue dirigida no por Correa y Egaña como se cree sino por Federico Willoughby, este señor tan amigo de los norteamericanos y por especial encargo de Patricio Aylwin según el mismo lo confiesa.
Esta pericia sostiene cosas muy absurdas, como que no hay signos de agresión de terceros, que no hay muestras de ingesta de alcohol, ¿Cómo se pudo establecer esto en restos esqueletizados? Se repite la versión dictatorial que se suicidó con dos disparos de fusil AKA, pero no se logran determinar los orificios de entrada ni salida y lo que es muy relevante, el mentado Fusil AKA no aparece por ninguna parte. Increíblemente el Ejército dice no tener esa arma.
El informe de Investigaciones, avalando la autopsia y la versión dictatorial del 73, fue firmado por Pedro Espinoza y consta en el proceso que para obtenerla dos oficiales del Ejército pusieron una pistola en la cabeza de este funcionario policial.
¿Pero por qué la senadora Isabel Allende avaló este procedimiento?
Por qué la hija del presidente Allende defiende con tanto entusiasmo la versión de la dictadura, no lo sé. Lo que le puedo decir es que ella constituyó a dos abogados en el juicio no para perseguir responsabilidades sino para estar “informada de lo que ocurre en el proceso” . Así lo dice en su escrito. Una calidad procesal inexistente en este procedimiento pero que fue aceptada.
Un suicidio es un acto libre y autónomo. La acción de terceros lo transforma en homicidio. La Suprema Corte de Estados Unidos determinó homicidio respecto de los que se arrojaron al vacío en Las Torres Gemelas y no suicidio como alegaban las compañías de seguro. Morir no era su voluntad. Habían sido empujadas a ello por los terroristas, para evitar algo aún peor.
¿Qué diligencias hay pendientes?
Saber procesalmente, quienes bombardearon La Moneda. El general (R) Mario López Tobar escribió un libro jactándose pormenorizadamente de ello. Acompañamos el texto, concurrió a declarar y señaló que no daría los otros nombres. El tribunal escuchó pasivamente. Pedimos se le citara nuevamente, reiteró lo mismo, solicitamos se le citara bajo apercibimiento legal, el juez lo negó, apelamos y la Corte nos dio la razón. Concurrió y mencionó al general (R) Enrique Montealegre Jullián, quien en su momento fue director de inteligencia de la FACH, agregando no recordar el otro nombre. Careado con Montealegre, al día siguiente, señaló que no estaba seguro si éste había participado, más bien lo deducía y presentó papeles médicos que, según él, acreditaban súbitas afectaciones a su memoria. Sobre esto último, pedimos pericia médica en el Instituto Médico Legal. El juez nunca resolvió nuestra petición. La resolución de la Corte quedó incumplida y López Tobar ha dicho en los tribunales lo que ha querido.
Hay careos pendientes muy importantes entre la periodista Mónica González y el general Fernando Rojas Vender, el de los muebles de rattan , y entre el testigo Romero Jara y el general Montealegre. Falta el informe de la Contraloría ordenado por la Corte sobre el listado de pilotos de guerra de la Fach a la época del golpe de Estado.
¿Por qué declaró el general Matthei?
El confesó en una entrevista a la revista “Qué Pasa” que en la Fach existía un juramento para no dar los nombres de los pilotos que bombardearon La Moneda. Declaró, muy molesto, no en tribunal sino en la FACH , servicio a domicilio, haciendo un largo relato de su vida y en un apéndice justificó el pacto, pero no señaló entre quienes era ni algún otro dato. El tribunal se conformó con esta declaración. Un estudiante de Derecho que no sepa lo que es el encubrimiento, en un examen de derecho penal, tendría problemas.
Perdóneme pero no le puedo creer a un comandante en jefe de la Fach que no sepa quienes participaron en la única operación real de esa fuerza en toda su historia
Su hija, la ministra, en todo caso dijo más y nos endilgó duras descalificaciones a través de La Segunda, sabiendo que no podíamos responder, nunca nos darían tribuna. Una prepotencia más.
¿Hay civiles involucrados?
Roberto Thieme escribió un libro relatando los hechos violentos de su grupo entre 1970 y 73 y reconociendo el apoyo material del ejército argentino y brasileño a sus acciones. Pedimos se citara a la dirección del grupo, que en su momento fue procesada por intentar matar al presidente Allende y luego indultada por Pinochet. Nuestra petición nunca se resolvió. Sería interesante preguntarse qué hacía el joven estudiante democratacristiano - Sergio Arellano, hijo del general de la Caravana de la Muerte y tan allegado a don Patricio Aylwin, en el cuartel general de los golpistas en Peñalolén, en la mañana del 11 de Septiembre de 1973. Sólo había dos civiles allí, un amigo de los americanos y un joven democratacristiano.
Finalmente, acompañamos el informe senatorial Church, en donde se relata la intervención norteamericana para derrocar a Allende, del cual se deduce que no podía dejarse de considerar su muerte como posibilidad. Ninguna diligencia se ha decretado al respecto.
ROBERTO AVILA TOLEDO /abogado. Ha participado en litigios de relevancia nacional. Titulado en 1983 en la U. de Chile con nota 7 en el examen de grado. Ha sido profesor de la Universidad de Chile y de otras casa de estudios superiores, chilenas y extranjeras. Ex funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Autor de diversas publicaciones jurídicas roberticochile@yahoo.es Huérfanos 1373 oficina 309, Santiago.
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